Ecopetrol en crisis: tras una década de caída libre en la bolsa se enfrenta a un fuerte plan de austeridad

La gigante Ecopetrol, joya de la corona para Colombia, atraviesa momentos complejos: solo este año su acción ha caído más de un 30% y, aunque en la última jornada logró una recuperación, son más los factores de fondo que parecen estar arrastrando la operación a la baja.

La semana pasada entregó cifras que están lejos de su prometedor pasado y este lunes su presidente, Ricardo Roa, lanzó un plan de austeridad para obtener mayores eficiencias, en el que incluyó un cambio en la estructura de personal y de instancias directivas y ejecutivas.

“Estamos contratando menores plataformas tecnológicas, menores consultorías, menores asesorías. Todo eso redunda en esa política de ahorro, que nos va a permitir al cierre del año ahorrar 4.400 millones de pesos colombianos (US$ 1.120 millones) Esa es la cifra que le cuesta al año a Ecopetrol sus costos de recursos humanos”, comentó el ejecutivo a Portafolio. 

La compañía es tan relevante para el mercado cafetero que solo sus ingresos representan cerca del 10% del PIB del país, pero desde la presidencia buscan ser más eficientes recortando altas gerencias como una solución.

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Los factores

Detrás del débil desempeño hay una seguidilla de eventos.

Por un lado, una caída importante en el precio del petróleo, desde los US$ 100 que se registraron en 2022, y ajustes en la oferta y demanda global. 

A ello hay que sumar el rol que cumple el Estado en la propiedad de la firma, según dijo a DFSUD la vicepresidenta de Equity Research de Credicorp Capital, Steffanía Mosquera. “Primero, debemos considerar que el Gobierno es el principal accionista de la compañía; por ende, el cambio de Presidente fue importante para la firma, desde la perspectiva de que Gustavo Petro ha manifestado abiertamente que está en contra de la exploración petrolera”. 

“Esto pone incertidumbres importantes en cuanto a las inversiones de Ecopetrol y su producción”, contextualizó.

En segundo lugar, mencionó que se ha identificado “un reporte de reservas más débil de lo esperado, en torno a los siete años, lo que disminuye el atractivo de la empresa”.

También mencionó el impacto de “los ruidos”, como es el inédito caso de la renuncia de dos miembros independientes del directorio o las acusaciones de corrupción en contra de Roa.

En este escenario, y en respuesta a las bajas reservas de Ecopetrol, Credicorp pasó su recomendación de “mantener” a “sobreponderar”, por el bajo precio del papel.

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Historia del pasado

Con la ejecutiva coincidió el fundador de Mis Propias Finanzas, Juan Pablo Zuluaga, quien en su cuenta en LinkedIn comentó que "solo este año la acción (de la empresa) ha caído 33% y hoy vale casi una tercera parte (US$ 15 mil millones) de lo que valía en 2022 (US$ 43 mil millones)”. 

Si se miran los últimos 10 años, la estatal ha perdido casi 70% su valor, ya que en noviembre de 2014 el precio de cada título superaba los US$ 25. Este lunes cerró en US$ 8,16, tras un avance de 3,03% en el día.

Para Zuluaga, el principal factor ha sido la caída del precio del crudo, pero también ha influido que Ecopetrol “no está firmando nuevos contratos de exploración y explotación”. 

Agregó el efecto de que “la junta directiva pareciera que no tiene voz dentro de la compañía”. “El Gobierno Corporativo no se respeta (...) y los inversionistas  toman nota”, agregó.

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Impacto en las arcas fiscales 

Más allá de las decisiones del Gobierno de turno, de la invitación de Petro a dejar de producir petróleo y dedicarse a la inteligencia artificial, de las acusaciones de corrupción contra Roa, Ecopetrol y la industria petrolera son relevantes para Colombia, por no decir la matriz económica del país.

La industria representa más del 30% de la inversión extranjera directa en el mercado cafetero, además de ser el 40% de las exportaciones colombianas y representar el 20% de los ingresos fiscales (50% de ellos corresponden solo a Ecopetrol).

Para el académico de la Universidad de Externado, Rafael Piñeros, más allá de este contexto, lo relevante es el impacto que tiene sobre el Estado. “Es directo sobre los programas gubernamentales de apoyo a los más necesitados: familias en acción -transferencias directas de recursos-, SISBEN -salud para personas de bajos ingresos-; eso ha generado un mayor endeudamiento público”. 

Además, es necesario considerar que Ecopetrol y la industria hidrocarburífera de Colombia “son un generador de recursos para los departamentos y municipios en donde se produce la extracción vía transferencias. Es decir, el Estado paga por la utilización de esos recursos”. 

“Preocupa la situación porque no es claro hacia dónde la quiere proyectar el gobierno nacional: si continuar siendo una empresa petrolera; o, una empresa petrolera líder en transición energética; o, más bien una empresa que -intencionalmente- se quiere debilitar porque es petrolera y porque ahora debemos hablar de transición energética. No es muy claro el panorama”, advirtió el académico.

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